“Las sombras de la tarde
se aproximan, a lo lejos se extingue el día.
otra vez las
visiones extrañas, se agitan - nadan - se acercan”
A. Block
Cae la noche y el polvo sube como si pasara un caballo invisible. Pero son las sombras que la casa llama para no estar sola. Porque yo no le alcanzo, ni la humanidad que desprendo intentando atravesar los perímetros de la realidad.
Se
fue mi reflejo, ¿a
dónde? Ando a tientas con mi cuerpo desapareciente. El
viento cerró la
ventana ¿o fue mi mano? El espejo se puso negro. Observo
al animal que
pasa, al sauce que tiembla, pero no se ven mis ojos. Con
el espejo muerto yo
no tengo cuerpo, voy hacia el lago, duerme. Imagino
dos rodillas, las
clavo en la tierra y pido que las luces me dibujen.
Quiero cortar en dos la
oscuridad y así elegir de qué lado estar. Quiero
matarla sin que se dé cuenta, necesito
el dolor de la noche. Que tiemble como una perra bajo la lluvia cuando le
muestre mis colmillos. Voy a beber tu sangre oscuridad no me lleves.
Vivo en una casa transparente en frente del
cementerio,
detrás de la niebla, al costado de las magnolias. El cementerio es un lugar donde la
gente se une al atardecer. Mis
ventanas son trayectos de tiza. Los cuervos ayunan mi
pan. Pronto van a morir las mariposas del verano. Polvo
de sus
alas en el aire.
3 comentarios:
"Quiero cortar en dos la oscuridad y así elegir de qué lado estar". Hermoso...
Un saludo desde Suecia!
mis ventanas so n trayectos de tiza...
pepe
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