Saltaron hacia abajo desde los pisos en llamas:
uno, dos, todavía unos cuantos
más arriba, más abajo.
uno, dos, todavía unos cuantos
más arriba, más abajo.
La fotografía los mantuvo con vida,
y ahora los conserva
sobre la tierra, hacia la tierra.
y ahora los conserva
sobre la tierra, hacia la tierra.
Todos siguen siendo un todo
con un rostro individual
y con la sangre escondida.
con un rostro individual
y con la sangre escondida.
Hay suficiente tiempo
para que revolotee el cabello
y de los bolsillos caigan
llaves, algunas monedas.
para que revolotee el cabello
y de los bolsillos caigan
llaves, algunas monedas.
Siguen ahí al alcance del aire,
en el marco de espacios
que justo se acaban de abrir.
en el marco de espacios
que justo se acaban de abrir.
Solo dos cosas puedo hacer por ellos:
describir ese vuelo
y no decir la última palabra.
describir ese vuelo
y no decir la última palabra.
pepe
3 comentarios:
es hasta coreográfica la posición letal de las piernas de ese último hombre.... si no supiéramos el fin último pareciera eso, una hermosa coreografía.... terrible día y terrible poema que lo describe con plena exactitud... Instante
desde luego que sí, nuria. una coreografía exacta del terror.
pepe
Un maravilloso poema para una foto terrible y bella a la vez. Gracias.
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