yo que siempre me apené de las gentes mayores,
yo, que soy eterna pues he muerto cien veces
de tedio, de agonía,
y que alargo mis brazos al sol en las mañanas
y me arrullo en las noches
y me canto canciones para espantar el miedo,
¿qué haré con esta sombra que comienza a vestirme
y a despojarme sin remordimientos?
¿Qué haré con el confuso y turbio río que no encuentra su mar,
con tanto día y tanto aniversario,
con tanta juventud a las espaldas,
si aún no he nacido, si aún hoy me cabe un mundo entero
en el costado izquierdo?
Piedad Bonnett
pepe
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