noséquien comentó el otro día que el tiempo de los puentes y los acueductos va a desaparecer. el tiempo- puente, el de los viajes organizados y el de los millones de desplazamientos hacia destinos programados, hacia el mundo rural, los forfaits, los hotelitos con encanto, esa ficción del traslado a otros lugares que parecen distintos, exóticos, -y son el mismo, pues no hacemos en ellos más que reproducir nuestra severa intimidad-, será pronto cosa del pasado.
las segunas residencias que han destrozado los paisajes se irán vaciando poco a poco y la peña abandonará ese consumo promisorio y exiguo para llenar aún más superficies de asfalto donde vagamos perduttos alrededror de las ciudades expandidas por el suelo de la inmunidad.
igual que los veranos de goma de la infancia se redujeron radicalmente a períodos pautados, no sabemos ahora qué medida vendrá a sustituir ésta ficción de ocio programado, ni que período inverso aparecerá después. quizá pueda tener sentido la consecución de una especie de presente continuo, difícil de lograr tan compartimentados como andamos, sino es a base de adentrarse en un espacio propio pero también compartido y común de intercambio y conciencia que devuelva nuestra soledad a un lugar más cercano y más prójimo.
pepe
2 comentarios:
cosa más bonita de texto y cargadito que nos lo has traído.
besones,
venía por lo de los puentes acueductos sin alma.
pepe
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