Recuerdo de Francia,
Piensa conmigo: el cielo de París, el gran cólquico...
Comprábamos corazones a las floristas:
eran azules y se abrieron en el agua.
En nuestro cuarto comenzó a llover
y el vecino llegó, Monsieur Le Songe, un hombrecillo flaco.
Jugamos a las cartas, perdí las niñas de mis ojos;
me prestaste tu pelo, lo perdí, él nos derribó.
Salió por la puerta, la lluvia le seguía.
Habíamos muerto y podíamos respirar.
Paul Celan, Amapola y Memoria (1952). Hiperión 1999
pepe
2 comentarios:
"Reunido está cuanto vimos,
para despedida de ti y de mi:
el mar que nos arrojó noches a tierra,
la arena que con nosotros la atravesó,
el brezo rojo oxidado allá arriba,
donde el mundo nos aconteció."
(trad. de Jaime Siles)
Este poema a una playa francesa también habla aquí. Se escribiría en carta a Gisèle por el otoño del 54. Siruela ha publicado la correspondencia entre Paul Celan y Gisèle Celan-Lestrange y os lo recomiendo encarecidamente.
Un meticuloso trabajo de ordenación, una excelente traducción de la prosa y también de los poemas a cargo de Jaime Siles.
Sigo encelanado, querido Pepe, es como habituarse al laudano rojo, quieres dejarlo, porque al tiempo tanto te absorbe y contrae sobre su misticismo natural y el abismo... pero no puedes...
Y volviendo al poema "Recuerdo de Francia" que entrecruzado con "Plage de Toulinguet" exponen esa metamorfosis doble de identidad (y memoria) y de pulsión (de la luz) nos convierte otra vez al leer en insensatos equilibristas a 2000 pies del suelo por la finísima cuerda (reja del lenguaje) que sirve al poeta de ventana al no-mundo que se fue.
Un abrazo grande,
Vik
gracias a tí, vik.
he visto y leído alguna referencia de la correspondencia de la que hablas y debe ser -como dices- un libro espléndido.
es verdad que esto es un endrogue. sabes dónde hay más y quieres seguir.
este hombre era -es- la hostia, dicho en pópulo. en fino, steiner afirma que es el mejor poeta alemán del XX. por algo lo dirá.
abrazotes, amigo.
pepe
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