pon tú

últimamente tengo menos ganas de fumar. el cielo es de otoño. los aviones cambiaron de hábito. ahora aterrizan como luciérnagas desde poniente. esta mañana acompañé a vivi al hospital, a una revisión rutinaria tras su operación en el pie. mientras esperaba, una viejecita lanzaba unos minúsculos aullidos, se quejaba de la rodilla. la enfermera del mostrador hizo así con la cabeza y continuó hablando por teléfono. no me interesa escribir. también escribo menos estos días. veo mad men en el ordenador y juego a fútbol en la pequeña máquina mientras espero a que se confirme una intuición. no diré nada aun. no me apunté a piscina pero sé que me anotaré. octubre es un montón de cartas mezcladas, de verano e invierno. la madera no sabe que arderá, ni que se mojará. qué digo, sí sabe. sabe más que nosotros. y la pequeña araña. nuestra lágrima. lamer a una araña es salado. pero no se debe lamer a una araña. no debemos. deja tranquila a la araña y todo irá mejor. deja tranquilo tu saco de nervios, olvídalo. a mí me gusta que venga fabi y no decirle lo de la araña de la madera. me gusta que llegue fabi a casa por la noche. y ya está.

si pudiera quemar este texto y dejar al árbol en paz...

òscar