(...)" La mente va de un huso a otro, es decir, de una modalidad sentimental a otra, siguiendo los estímulos exteriores. Y así, le decimos yo a algo que, en realidad, no existe, sino que se debe a la rapidez con que los impulsos se suceden, como los fotogramas que por la velocidad de la rueda aparecen con una continuidad en la proyección de una película. Verlo claro en el día a día es tarea del observador, y cualquiera puede convertirse en observador. Ver pasar los pensamientos, darse cuenta de ellos sin identificarse con ellos. Los pliegues son las repeticiones, por ellas alguien puede conocerse. En realidad sólo se conocen las repeticiones."
Chantal Maillard, Entrevista de Josep Massot en La Vanguardia Cultura, sábado 2 de Enero 2010
pepe
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