
me llaman por teléfono:
– que la semana que viene iremos a ponerle suelo nuevo en su terraza.
a mí la terraza me gusta así aunque en seguida comprendo: al parecer los vecinos tienen humedades y la casera se decidió a renovar el suelo. vale.
hablando de suelos...
en realidad, creo que en nuestras vidas, el suelo que pisamos tiene más importancia de lo que la cotidianidad nos señala. incluso en la aeronáutica, a ver, si no, dónde iban a aterrizar las naves... permite que señale uno solo de los aspectos del suelo: el terreno de juego de la poesía.
no es únicamente el papel donde escribimos o la pantalla del ordenador, "suelo poético", es la acumulación por capas biográficas (sustratos) la que permite que un poema "agarre"; es cómo vivimos y cuidamos ese sustrato vital el que, a la postre, permita que la palabra germine y, al cabo, obtengamos el fruto en lo que llamamos "poema".
entonces, pese a que me estoy explicando mal (a ver, el suelo de mi terraza va a ser publicado en ¡vete a saber tú qué vertedero municipal!), durante toda nuestra vida caminamos por distintos suelos poéticos, como si en una suerte de sabia fuéramos acumulando un sinfín de aventuras orgánicas en los zapatos, y, digo, esa mágica sabia es la que sube desde el suelo hasta lo alto del papel, dando lo que damos...
así que, vigila por dónde pisas...
òscar
– que la semana que viene iremos a ponerle suelo nuevo en su terraza.
a mí la terraza me gusta así aunque en seguida comprendo: al parecer los vecinos tienen humedades y la casera se decidió a renovar el suelo. vale.
hablando de suelos...
en realidad, creo que en nuestras vidas, el suelo que pisamos tiene más importancia de lo que la cotidianidad nos señala. incluso en la aeronáutica, a ver, si no, dónde iban a aterrizar las naves... permite que señale uno solo de los aspectos del suelo: el terreno de juego de la poesía.
no es únicamente el papel donde escribimos o la pantalla del ordenador, "suelo poético", es la acumulación por capas biográficas (sustratos) la que permite que un poema "agarre"; es cómo vivimos y cuidamos ese sustrato vital el que, a la postre, permita que la palabra germine y, al cabo, obtengamos el fruto en lo que llamamos "poema".
entonces, pese a que me estoy explicando mal (a ver, el suelo de mi terraza va a ser publicado en ¡vete a saber tú qué vertedero municipal!), durante toda nuestra vida caminamos por distintos suelos poéticos, como si en una suerte de sabia fuéramos acumulando un sinfín de aventuras orgánicas en los zapatos, y, digo, esa mágica sabia es la que sube desde el suelo hasta lo alto del papel, dando lo que damos...
así que, vigila por dónde pisas...
òscar
No hay comentarios:
Publicar un comentario