
Con las últimas lluvias te largaste,
y entonces yo creí
que para la casa mas aburrida del suburbio
no habrian primaveras ni otoños
ni inviernos ni veranos.
Pero no.
Las estaciones se cumplieron
como estaban previstas en cualquier almanaque,
y la dueña de la casa y el cartero
no me volvieron a preguntar por ti.
Antonio Cisneros, Cuatro boleros maroqueros
pepe

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