este verano no he leído muchos libros. sin embargo. me he zambullido en el canal. he preparado minuciosamente cada amanecer. he sopesado a una cabra coja. subí al viejo depósito de agua. caminé entre frutales a las dos de la madrugada (...) he reencontrado un pedazo de madera que considero vivo todavía. entonces comprendo que es el árbol quien debe escribir. soy su escribiente, su feliz secretario. nunca podré escribir como lo hace un bicho así. por eso, lo más inteligente que se me ocurre es ponerme a su servicio y transcribir lo que me cuenta. en cualquier árbol hay una forma de sabiduría que el libro sólo la puede contener en tanto que ex--árbol, ex-tinta, ex-pensamiento a la espera de alguien que lo lea (...) las personas tienen muecas de abeja pero fabrican peor la miel.
òscar
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