un día de caza

hoy he ido a cazar. cogí el carro de la compra del lavadero, las llaves del coche y en menos de diez minutos entraba en el garaje subterráneo del supermercado. cambié monedas sueltas para hacerme con uno de esos carritos en donde ir echando los productos... y con paso decidido y lista en mano he ido tachando: cepillos de dientes, pasta dentífrica, papel wc, huevos, bacon, pollo, calabacín, champiñones, chicles, salsa de tomate, nata, mermelada, pan, galletas, refresco de cola... como siempre que toca cazar, recorrí todos los pasillos sin saltarme ni uno solo. una vez conseguí tachar todo lo que había escrito en la previsión de compra (excepto tomates), deposité en una cinta un montón de envases, pagué con una cartulina magnética, me devolvieron en un papel el precio detallado de la compra, que, además, contenía el código que permite sacar el coche del aparcamiento... y bajé en el ascensor, lo puse todo en el maletero, devolví el carrito, me guardé una moneda de cincuenta céntimos y regresé a casa. puse las cosas de frío en la nevera y lo que no, en una pequeña alacena...

es absolutamente demoledor cómo cazamos hoy, la cantidad de mentiras y malas artes empleadas para comer y asearse (quien puede) ha sido horrible ver cómo tratamos aquello que nos comemos. es una auténtica carnicería. sin compasión. es una vergüenza. no damos ninguna posibilidad a la presa ¡desde su nacimiento! nos cargamos todo el ecosistema y con él nuestra dignidad...

es dramático. soy culpable.

pido otra oportunidad, la exijo.