añadir nuevas buenas costumbres siempre va bien. desde las últimas lluvias incorporé la siguiente rutina: lavarme la cara con agua de lluvia de buena mañana en los días que el pequeño cuenco de la terraza me regala agua de esta naturaleza. es algo muy sencillo que me proporciona todavía más paz interior. me gusta lo que desencadena una acción tan desapercibida durante el resto de la jornada. haced la prueba. por cierto, no soy gurú de nada.
òscar
4 comentarios:
Tanto el cuenco como la paz interior son cosas de budistas. Si Baudelaire levantara la cabeza...
si empezamos a quitar letras a baudelaire me sale casi buda...
budalier
budalier
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