anoche f se dedicó a coser al sofá estos apósitos ornamentales para tapar los múltiples zurdidos de la parte donde apoyo mi culo atómico. pero no fue tan noble parte mía la encargada de reventar el asiento, sino mis pies. porque me gusta estirarme en el sofá y mover los pies como si fuera un gato. así, una cosa lleva a otra, como el roce al cariño. ¡vivir, vivimos!
òscar
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