A la memoria de Fernando G. Mantilla, director de cine exiliado en México.
"Sí, fue un malentendido.
Gritaron: ¡a las urnas!
y el entendió: ¡a las armas! -dijo luego."
ÁNGEL GONZÁLEZ
MIEDO DE LA SELVA
Este poema empieza con un árbol
que brotó de repente, en una sola tarde,
que en una sola tarde nos sacaba una cuarta,
que en una sola tarde era frondoso,
femenino, fecundo,
porque midió los pasos intermedios
entre nosotros
dos.
Y así arraigó en el centro,
en el núcleo exactísimo
de lo que nos separa a ti y a mí.
Tú dijiste algo más y otro árbol subió
del suelo, sorprendido, como si no entendiera
su profesión de aumento.
Y de pronto teníamos un bosque,
que es mucho más que la simple adición
de aquel árbol con este otro y con otro y con otro más.
Y ya es extraño
porque también hay bosques de bambú.
Lo que uno no entiende es cómo arraiga
y a qué velocidad
esa selva de los malentendidos.
MARIO CUENCA SANDOVAL
...Feliz lunes.
Un beso,
Anay
2 comentarios:
qué tío tan grande, mario!
besazos, anay!
sí, se pasa el mario escribiendo, pero mucho.
pepe
Publicar un comentario