Rosales fue un excelente poeta, para
mí uno de los mejores del siglo XX en España. En cuanto a su
factor político, durante años se ha querido ningunear a Rosales, haciéndole
pasar por el que vendió a Lorca. Naturalmente, conviene a muchos que Rosales no
sea conocido literariamente, porque deja en paños menores a bastantes
cantamañanas de su generación.
Y no se cuenta, no conviene, que no fue Rosales quien denunció a Lorca, sino su hermano, que éste sí, era falangista. Y tampoco se cuenta que Rosales se jugó la cárcel escondiendo a Lorca y que cuando su hermanito da el soplo le hacen llegar un aviso a Rosales de que el que va a ser paseado es él. Y no se cuenta que Rosales le explica a Lorca y Lorca se niega a marcharse. Y tampoco que cuando lo detienen-secuestran, en el cuartel de Falange a Rosales le echan de mala manera –imaginar las malas maneras se me hace sencillo- y le “hacen ver” que o se calla o lo mandan con los “pajaritos”.
Rosales se quedó en España después de la guerra.
Mientras muchos poetas -Guillén, Salinas- se habían ido, desarrollando carreras
universitarias importantes, sufrió el silencio, el ninguneo y la sospecha de
los falangistas.
Fue amigo de Ridruejo y junto a él tuvo problemas
con eso tan eufemístico llamado “las autoridades”.
A mí me gustaría que se conocieran estas cosas.
A Lorca lo mataron porque era de una
de las familias de señoritos más conocida en Granada. Le mataron no por poeta,
ni por rojo, -Lorca pasaba de política aunque era republicano-; quiero decir
que le traía al fresco. Se metió con la buena sociedad y la hipocresía, pero no
era un significado políticamente como Alberti (por eso Alberti dijo aquella
frase "lo lógico es que me hubieran matado a mí").
A Lorca su propia familia lo ninguneaba -salvo su madre- pero no por izquierdista. Sino porque era gay, y su hermano Francisco no soportaba eso. Nunca les importó que fuera un gran poeta, a su familia, digo, por eso cuando lo matan hay un silencio que dura hasta hoy. Es penoso y patético, pero a Lorca lo matan señoritos de Falange simplemente porque Lorca molesta a los señoritos porque es homosexual.
Hasta tal punto Lorca era apolítico que entre sus amigos estaban todos los de la residencia de Estudiantes-muchos izquierdistas- y un “tipo” llamado Jose Antonio Primo de Rivera. A Lorca no se lo cargan por sus ideas; es una de esas muertes estúpidas y absurdas de la guerra incivil en la que entran las provincianas rencillas personales.
Luego la izquierda lo adoptó como si no fuera más que suyo; la derecha lo redujo al olvido, la familia tapó el tema, y a Rosales lo hicieron chivo expiatorio gentes que tendrían que aprender de la escritura de Rosales.
Así se escribe la historia.
Alena Collar (en el muro de Jorge Arbenz)
pepe
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