El hombre se acuesta temprano. No puede conciliar el sueño. Da vueltas,
como es lógico, en la cama. Se enreda entre las sábanas. Enciende un
cigarrillo. Lee un poco. Vuelve a apagar la luz. Pero no puede dormir. A
las tres de la madrugada se levanta. Despierta al amigo de al lado y le
confía que no puede dormir. Le pide
consejo. El amigo le aconseja que haga un pequeño paseo a fin de
cansarse un poco. Que en seguida tome una taza de tilo y que apague la
luz. Hace todo esto pero no logra dormir. Se vuelve a levantar. Esta vez
acude al médico. Como siempre sucede, el médico habla mucho pero el
hombre no se duerme. A las seis de la mañana carga un revolver y se
levanta la tapa de los sesos. El hombre está muerto pero no ha podido
quedarse dormido. El insomnio es una cosa muy persistente.
Virgilio Piñera
micronarradores en el pati llimona hoy a las 19 h bcn
pepe
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