este mediodía me subo en los ferrocatas en plaza de catalunya. me siento. hay silencio y miradas de cansancio. en la siguiente parada el vagón se llena pronto. me fijo en una madre y su hijo de unos 12 años. al chaval no se le entiende. está nervioso. es una persona especial. su madre le entiende a la perfección y le contesta cada vez que habla. otra parada. el asiento contiguo al mío se ha quedado vacío y el chaval se sienta a mi lado. habla y sonríe. su madre sigue de pie y él quiere tenerla cerca. la chica que viaja enfrente de mí se levanta mientras le dice al crío si quiere que su madre se siente ahí. la madre lo hace y él se tranquiliza, sonríe de nuevo, vuelve a hablar y no le entiendo. de pronto se vuelve hacia mí y me da un besazo. yo le doy otro y se ríe. la madre sonríe enfrente. le digo que tengo un hijo que se llama miguel. me mira sorprendido y en su jerga me dice que el también se llama así. un instante después, mira por la ventanilla y se dirige a su madre diciendo muy serio: ¡se ha copiado! ahí ya nos reímos todos. llega mi parada y le digo adiós. me bajo y salgo a la calle.
pepe
5 comentarios:
Lo has pillado al vuelo, no se podía contar mejor.
Ese beso-sonrisa sorpresivo que nos descoloca, de no entender has pasado a entenderlo todo...desbordante. has contraído una pizca de humanidad.
hermoso
aplausos!!!
besazos!
grcais, amigos.
abrazos,
pepe
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