suelen morir por culpa del aire que rompe en la pared
aún con la bocanada el humo y la ración de plástico
mordida por cielo sólido o arcilla
buenos hijos soldados
que atienden los penúltimos consejos del pastor
sin ver cómo mejora la contienda en su retina de animal
lejos de la guarida tan cansada
entre ruinas de luz áspera y sucia
contando pulsos como el que entrena su memoria en la devastación del mar
infestados de salvación respirando al compás de las maderas
soldados de la fe y la tierra asolada
peregrinos cuya forma descansa en las imágenes allí
y en todas las contiendas vísceras por el aire y la carne
por tanta tralla de aire seco que silba y rompe en la pared
aún con la bocanada el humo y la ración de plástico
mordida por cielo sólido o arcilla
buenos hijos soldados
que atienden los penúltimos consejos del pastor
sin ver cómo mejora la contienda en su retina de animal
lejos de la guarida tan cansada
entre ruinas de luz áspera y sucia
contando pulsos como el que entrena su memoria en la devastación del mar
infestados de salvación respirando al compás de las maderas
soldados de la fe y la tierra asolada
peregrinos cuya forma descansa en las imágenes allí
y en todas las contiendas vísceras por el aire y la carne
por tanta tralla de aire seco que silba y rompe en la pared
pepe
2 comentarios:
Me gusta mucho este poema, Pepe. Gracias por compartirlo.
Besos.
gracias, rocío.
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