y no te ven, alojan
dos lunas muertas.
Nos parecemos:
con la luz del vocablo
yo te alumbro
luna para otros, rayo
extenuado pernoctando en mi frente.
Lo demás para las dos
es fulgor prestado, noche
sin clausura.
Laura Giordani [Luna de una ciega]
Del prólogo de Mariel Manrique:
Laura escucha la respiración de la tierra bajo la que tiembla un mundo. Ejecuta una delicadísima tarea de arqueología, exhumando lo que debe tatuarse en la memoria. Lo hace con la serenidad que destilan las imágenes pintadas por Fra Angelico y la determinación infatigable de quien no puede sino hundir sus manos en la noche más negra, para arrancarle los destellos que nos permitan seguir de pie. En los poemas de Laura no hay impostura, prótesis ni ornamento; no tienen flecos ni sobras, no hay exceso. Han sido cincelados amorosamente, con toda la ternura y la fiereza de la que el amor es capaz. Los poemas de Laura no son artefactos. Son la resistencia convertida en acto poético puro por una mujer que salta sin soga, sin arnés y sin red.
pepe
1 comentario:
enhorabuena, laura!
fuerte abrazo,
pepe & soperos
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