Pasaron otras tres semanas y cinco días antes que Hellebaud, el palomo, reapareciera una mañana en el alféizar de la ventana de la cocina. Un cálido saludo, una visita muy agitada. El pájaro picoteó las manos de Zerk y Adamsberg, dió varias vueltas por la mesa, contó su vida con múltiplers arrullos. Una hora después despegaba de nuevo, seguido por las miradas pensativas y vacías de Adamsberg y su hijo.
Fred Vargas, El Ejército Furioso. Siruela 2011
pepe
2 comentarios:
Vamos a pedir todos los fans que esta mujer tan friki continúe escribiendo, que así la vida se hace más agradable, gran función de la literatura y que nunca sale en los libros de texto, sencillamente pasarlo en grande. Viva Vargas.
vive madame fred!
il est tout à fait indispensable, mon dieu!
au revoir, mes copains.
l´oncle pêpe
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