A Jorge Brunete y Juan Palomar,
porque no
quedamos tantos.
por dios qué frío qué recuerdo cansado
qué charcos altos sobre el rostro
sobre el agua saciada de señoritos
qué siniestro el vientre la niebla
cumbre de alivio sin cuencos
qué frío mártir en que lamento
las horas exactas
del trigo allá
donde escuetas
germinan a cambio de promesas
de estaciones de hombría
y jardines impuros
y cielo entre cáscaras todavía
cordeles que encuadran
tu cuerpo al amor sobre un instante
qué claridad de escarcha el rocío
diezmado del que tanto hablan
los poetas
esos morteros febriles de miércoles
sin luna la sábana repleta de
canciones y acuarios adentro
qué cólera qué sentencia de luz
aquí qué ausencia de respiro
qué viejas qué grises
las siluetas en los espejos
cuando pronuncian tu nombre
desde el interior del miedo
enrique martín corrales
http://poesiadelafrontera.blogspot.com
pepe
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