para solucionar algo, casi siempre hago un ejercicio de abstracción del propio hecho para ir a buscar respuestas efectivas en otros sistemas de índole antagónica. ahora, en este estado de convulsión, me gustaría que un buen equipo médico leyera el parte de salud del cuerpo actual de los acontecimientos. observaríamos, estupefactos, cómo órganos decisivos están gravemente dañados y que el demasiado paciente está en muerte cerebral. destacar, entonces, que la boca –donde el lenguaje– y las manos –donde los actos– en cohabitación con el corazón (el único músculo que mantiene toda su vitalidad) han de tomar cartas en el asunto AHORA.
òscar
1 comentario:
qué bien dicho gorrionazo!
besos
pepe
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