Nada,
nada tiene que ver con cuestiones de higiene:
la transpiración cae
en la masa del pan
cerca del horno a la madrugada
la sangre del dedo
apenas tajeado
sobre la paleta entera.
Los tubos de luz enceguecen
a esta hora y más
cuando uno llega tarde cansado y tiene
que agarrar el martillo y darles
a los animales seco no más
tratando de no romper el seso
mientras callados los viejos
terminan
antes que enciendan la noria
de afilar su cuchillo
en las piedras.
Se te acerca despacio
el caballo sin recelo
te conoce
lo vas trayendo
le clavás
hasta el corazón el puñal;
se desangra lento
tambalea
al final
se le abren las patas
se cae.
Lo charquean después
y en bolsas
en pozos
ponen la carne
para que no se pudra.
Ana Miravalles nació en Bahía Blanca en 1965. Participó del taller Vox - Antorchas (2001). Es inédita.
pepe
1 comentario:
Hola Pepe, acabo de encontrarme acá, y este poema... me dio mucho gusto. Gracias
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