esta mañana acompañé a mis suegros al médico. mis padres murieron hace años, así que ellos son mis viejos. en el hospital, la gente se visita, va deprisa y tiene ganas de salir. pero allí dentro hay un refugio para los perdidos. alguien pensó un día que se debía cuidar a esos perdidos: pasaron décadas hasta conseguirlo. fue posible entonces cuidarse unos a otros. así, se afianzó una cadena (no me refiero a una sociedad medicalizada, eso es distinto) que hace posible que hoy mismo, miles de personas se muevan entre esos pasillos con el único deseo de curar y curarse. y hace falta un esfuerzo enorme coordinado de conocimiento, paciencia, habilidad, recursos y trabajo duro para conseguirlo. y desde el otro lado, el de la calle, acompañamos a los viejos, aunque nosotros también seamos los perdidos de afuera. por tanto, intercambiables.
que haya gente ruin y despreciable que quiera acabar con todo eso me toca mucho los cojones.
pepe
4 comentarios:
habrá que intentar pararlos, Pepe
no será fácil y ellos tienen su policía Robocop...
hola, pepe y búfalo, aquí uno que suma con vosotros, día y hora y vamos. delicioso texto con un final impecable, besos
amigos, la noche de las elecciones escribí una cosa aquí en el blog con rabia y con las tripas: una pataleta por no saber qué hacer para encarar lo que se avecina.
en realidad, era humo. pero lo de ayer en el hospital me reafirma en la idea de que muchas cabezas juntas pensando distinto a ellos, y actuando, pueden frenar sus retorcidas cabronerías.
pepe
Me gusta este cuidar y cuidarse y cuidarnos tan necesario. A merkmerk parece que no le gusta demasiado a pesar de ser hija de un presbiter o quizá precisamente por eso.
Creo que el señor rajo y martilleo sin espuelas debería irse ya para su casa
y las damas super operadas y supercortesanas deberían seguirle,
que se les indique el camino desde la calle más próxima
o que se entreguen a los sin ley
pero ya
antes del naufragio total.
Un abrazo.
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