día extraño, como viene siendo últimamente. nunca tanta incertidumbre. nunca tanta violencia sujeta. a veces pienso que lo están consiguiendo, pero no.
hoy acto de graduación de la carrera. agridulce por esa incertidumbre traducida en presente. madrugar un sábado por la mañana cuando no se ha dormido, pero la compañía callada de los padres ayuda a despejar cierta melancolía. entradas como si fuera a un concierto. cierta emoción al recibir el reconocimiento de un esfuerzo de muchos años que aún no me deja disfrutar el presente.
sonrío ante las palabras del artista perico pastor, que es nuestro padrino de graduación. su normalidad en la palabra rompe el silencio de un acto pomposamente ridículo. nos regalan una litografía suya; de momento será el mejor sustituto a mi título universitario.
no creo que mi licenciatura me ayude demasiado romper la tormenta. ahora más que nunca, poesía. me viene a rearmar lentamente. me llama cuando tengo ganas de nada. cuando parece que lo están consiguiendo. qué ese juego que nos arrastra a la edad media como gritaba el roto hace unos días se está haciendo presente. cuando parece que todo eso ya carece de trámites para rompernos, poesía.
ahí. hoy. jorge riechmann. “el común de los mortales”. comprarme este libro es uno de los pocas fugas que hice estos últimos meses. está consiguiendo rearmarme poco a poco. la señal: sonrío en el vagón de tren de regreso a casa después de leer algunos versos que toman el pulso al ahora.
“Así que amigos
nada de agobiarse:
una buena guerra civil
y regresamos a Garcilaso
un buen ecocidio
y volveremos a apreciar a Homero”
(J.Riechmann)
mariano
4 comentarios:
Bueno. Se trata de desordenar y ordenar, es un ciclo, y otro ciclo.
Una licenciatura es un hito, la vida es eso.
Lo del poeta, lo de la guerra, no es vivido. Hay poetas que aman la muerte, pero se acojonan cuando les toca a la puerta, se van al baño de los nervios.
Mejor desordenar y ordenar y amar mucho, incluidas las licenciaturas.
Un saludo.
mariano, kenit lo ha bordado.
decirlo mejor es difícil, ésa es la verdad.
besos
pepe
Mariano irá al infierno!
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