mamá nos dio hace un par de meses su planta de aloe vera porque ya no le cabía en la ventana. al traerla al prat, lo primero que hicimos fue trasplantarla a un recipiente mayor. y echarle un líquido contra una plaga que creí que padecía. enorme cagada. porque la maté. me equivoqué de líquido y fue mortal de necesidad para ella. las siguientes semanas traté de recuperarla con más cariño que sapiencia. la miraba languidecer. estaba completamente marrón. se pudrió literalmente. corté tres de sus tremendas hojas. pero llegó el episodio de lluvias. milagrosamente, la hermosa planta comenzó a renacer. empujando hacia la vida nuevamente. la lluvia parece como si le hubiera extirpado el veneno de raíz. ahora está más hermosa que nunca. si ampliáis la fotografía, en la base, entre las dos hojas de la izquierda, podréis ver el brote de lo que es ya un hijo suyo. joder, gracias, aloe, por esta lección de vida. mil perdones. ahora ya sé cómo cuidarte y cómo cuidar a los demás.
òscar
2 comentarios:
qué de puta madre!
pepe
sííí!!!
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