"Excitado por Pècuchet, le acometió el delirio de los abonos. En el foso fué acumulando ramajes, sangre, tripas, plumas, rodo lo que encontraba. Empleó el licor belga, el lizier suizo, la lejía, arenques ahumados, fucos, trapos; hizo lllevar guano, trató de fabricarlo y consecuente hasta el final con sus principios, no toleraba que se perdiera la orina; suprimió los retretes".
"A su corral llegaban cadáveres de animales con los que abonaba las tierras. el campo estaba sembrado de carroñas despedazadas. Bouvard sonreía en medio de aquella infección".
"Una bomba instalada en una carreta escupía estiércol sobre las cosechas. A los que hacían gestos dxe asco les decía: -¡Pero si es oro, oro!"
Gustave Flaubert, Bouvard y Pècuchet. Cap 2. Fábula Tusquets. 2ª Ed Marzo 2009
Traducción de Aurora Bernárdez
pepe
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