Debiera medirse la densidad antigua del aire, la lástima en partículas, este sol de Machado en la infancia. Sería recomendable, estas cosas se meten dentro al respirar. O tal vez es una misma la contaminante, la que las suelta atmósfera y no lo sabe. Cúmulo y lágrima. Odio, dióxido. La casa, el caos, la acera, un asco, la luz limpia, el dolor. Esta tarde está hecha entera de aguasal.
Carmen Camacho, La Mujer del Tiempo. Planeta Clandestino 90. Ediciones del 4 de Agosto, 2011
pepe
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