He alcanzado la forma inerme de un latido.
A nada externo debo ya temer.
Ni al viento, ni a la caza, ni a las águilas,
ni al hambre ni a las rudas estampidas.
Soy un pálpito macizo que golpea el tiempo,
un sonido mortal que nadie escucha.
Mi única pasión es el trasiego
y en torno a él bato las alas furiosamente,
como un animal
en imposible guerra con los de su casta
Laia López Manrique
pepe
5 comentarios:
Genial Laia :D
de verdad, que arte!
besos
pepe
Poemazo.
Laia es una exquisita aplanadora en movimiento. arrasa.
besos,
m.
Maravilloso. Ahí está el alma del mundo...
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