©chema madoz
la palabra evocadora
presagia el diluvio
de expresiones en una
nitidez armonizada,
bañada de una simetría
apasionante... que
desprende sonoridad.
lo más loable y llano
es la cultura del
saberse impropio
de un léxico osado
y gratuito y de una
efímera improvisación
lo cóncavo y lo convexo
se diluyen en un lenguaje
consensuado y convincente,
en una tregua de palabras
mínimas impregnadas
de sonidos átonos.
los secretos vertidos
en ecuánime cascada,
trasnochan reflexivos
en silencio, plasmándose
como iconos de quien los
quiere escuchar
no se amolda a una
estructura rígida
ausente de encantos
imprevisibles...,
de lo bello
de una voz dulce.
la palabra...
no abandonará mi esencia
ante una voz quebrada
y delirante, no doblegará mi
alma efímera, ni las cuerdas
vocales de su alma.
dejaré de escribir
versos cuando
en mi vida atardezca,
cuando mi cuerpo cansado
se sumerja sin voz
en la inesperada ausencia.
mari paz lorenzana.
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