Soñé que era invisible y que podía volar,
pero en el sueño no me colaba en la casa
de mi amante, volando por la ventana abierta
para espiar qué hace cuando no está conmigo,
ni entraba sin ser vista en la bóveda de un banco
y me quedaba ahí hasta la hora del cierre
para llevarme todo sin que me descubrieran.
En el sueño volaba por el espacio blanco,
y no existía el sonido, ni la imagen, ni el cuerpo;
pero no era la nada opaca de la muerte:
era el vacío y la consciencia del vacío.
Sarah Diano, Un sueño
http://zaidenwerg.blogspot.com
pepe
2 comentarios:
Definitivamente, los sueños siempre son mejores que la realidad.
;)
a veces no siempre es así... hay sueños que se convierten en pesadillas peores que algún rato de realidad.
pepe
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