Jamás los hombres han sabido menos de sí mismos que en esta «era de la Psicología». No pueden estar quietos. Escapan de sus propias metamorfosis. No están a la espera de ellas, las anticipan; prefieren serlo todo menos lo que podrían ser.
Recorren en automóvil los paisajes de su propia alma, y como sólo se detienen en los puestos de gasolina, piensan que están hechos de gasolina. Sus ingenieros no construyen otra cosa que puestos de gasolina: lo que comen huele a gasolina.
Sueñan en charcos negros.
Elías Canetti, La provincia del hombre. Carnet de Notas.1942-1972 Taurus 1982
pepe
No hay comentarios:
Publicar un comentario