Tan venenosos
Son los embelesos de la verdad, tan fatales para
La verdad misma, que la idea primigenia se hace
Cangrejo ermitaño en las metáforas del poeta,
[...]
El monje es un artista. El filósofo señala
El lugar del hombre en la partitura, por ejemplo,
hoy.
Pero el sacerdote ansía. El filósofo ansía.
Y el no tener es el proncipio del ansiar.
Desear lo que no existe es su ciclo antiguo.
Se trata de un ansia a finales de invierno cuando
Este observa el tiempo que sin esfuerzo se vuelve
azul
Y ve los miosotis en su rama.
Haciéndose el viril, escucha el canto del calendario
Sabe que lo que tiene es lo que aún no es
Y lo deshecha como un trasto viejo
Igual que la mañana se despoja del desvaído reflejo
lunar y del desgalichado sueño.
de El pensamiento de los poetas, Luisa Paz Rodríguez Suárez y J.L. Rodríguez García (Ed)
Col. Herramientas Editorial Eclipsados, 2009pepe
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