la semana pesó. varios días me he ido repitiendo la palabra “gestión” que se han restado del sueño y del descanso. me parece una palabra fea, quizás porque soy un mal gestor de lo propio. he pensado mucho estos días en como afecta esa gestión a la vida de los demás. en como la gente acude a mí para que resuelva, a pesar de mi no-palabra a veces incómoda. también pesó la gestión en el trabajo y los bancoscajashijosdeputa.
pensé en como pospongo yo mi propio banco. soy un desastre. hace tiempo que pospongo en poesía: mis inversiones en el verso tienen telarañas. y en mí hace tiempo que alcancé números rojos. en la gestión también hay parches, pero me cuesta ponerlos.
entre estos parches, uno que me ha sorprendido. me empujó una manera de volver a casa para encontrar refugio. a la de los padres, digo. me pasó hace unos días, ante el miedo de encontrar las luces de mi casa apagadas: “regresé” a casa de mis padres. comimos almedras y vimos a Paco Martínez Soría. cenar y regresar.
volver a casa.
hoy me pasó lo mismo. acabo de llamar a mis padres. están en casa y hay canelones. comeré con ellos, de manera diferente al resto de días. me escaparé un rato de las luces apagadas. dormiré algo de siesta y me acordaré de nuestra amiga Esther y lo contenta que estaba ayer después de un bocadillo de jabugo y una cerveza.
sigo pensando en como he perdido esta mañana mirando por la ventana. en como gestionar mis miradas y mis silencios. en como encontrar trincheras, aunque sean temporales.
mariano
3 comentarios:
mariano, nene, cuando te pones...cómo rascas la fibra!
besacos
pepe
la rasca. fabi y yo hemos comido en poble sec, en casa de mis papis también.
besazos, guapos.
gestionarse es un ejercicio de valentía. Da pereza, en ocasiones, ser autónomo emocional. Uno tiende a los lugares seguros. A veces desearía cierto automatismo en el sentirse, para descansar.Mariano es un poeta escriba o no.
Publicar un comentario