"La historia ha presenciado la interminable aplicación del desprecio recíproco a motivos con frecuencia triviales e irracionales (...). Los árboles tienen raíces; los hombres y las mujeres piernas.Y con ellas cruzan la barrera de la estulticia delimitada con alambradas, que son las fronteras; con ellas visitan y en ellas habitan entre el resto de la humanidad en calidad de invitados.
Hay un personaje fundamental en las leyendas (...): el extranjero en la puerta, el visitante que llama al atardecer tras su viaje. En las fábulas, esta llamada es a menudo la de un dios oculto o un emisario divino que pone a prueba nuestra hospitalidad. Quisiera pensar en estos visitantes como en los auténticos seres humanos que debemos proponernos ser, si es que deseamos sobrevivir".
George Steiner, Errata. Siruela 2001
pepe
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