todo pasó el viernes, pero lo sigo arrastrando.
salgo cargado de una tienda de congelados, y me para una chica con síndrome de down. parece que se ha perdido. me dice que la acompañe hasta un centro de la ciudad, donde promueven la integración social de personas con discapacidad. son casi las nueve de la noche. tarde. la acompaño. la noto asustada. sigo hablando con ella, y descubro que no se ha perdido, que quiere entrar en el centro. extrañado, la sigo.
llegamos al centro. abren y el señor me mira consolándome. soy la tercera persona que ha cogido la chica por la calle intentando entrar en el centro. la niña ve como se cierra la puerta, derrotada, y caminamos en dirección contraria al centro. yo cargado de bolsas. le digo si la acompaño a casa. dice que ya irá sola. según sus indicaciones, está cerca. cuando me despido de ella, me sigue. “no, a mi casa se va por otro lado”. me extraño. insisto en llamar a su casa. miro alrededor si hay algún policía local. me sigue y yo voy en dirección a mi piso. le insisto para acompañarla a su casa a pesar del peso de la compra. me dice que no. que quiere subir a mi casa. le digo que no puede ser. que llamemos a su casa. dice que no asustada. mira hacía atrás.
me pregunta: “¿tú no serás un hombre malo?”. me derrumbo.
camino pesadamente, intentando encontrar alguna mirada salvadora. insisto en que me dé el teléfono de su casa. tengo el portal de mi piso a unos metros. me paro. ella se gira y dice reconocer a alguien que le acompañará a su casa. sale corriendo con mi aliento detrás suyo, preocupado porque vaya a coger a otra persona y esté toda la noche buscando una respuesta a su inquietud. me quedo parado, viendo hacia donde va. ella se gira cada pocos paso, mirándome. he dejado las bolsas en el suelo y le sigo con la mirada desnortada.
a lo lejos veo que me saluda con la mano. se despide de mí.
y yo me quedo enterrado por la pregunta que me hizo.
mariano
6 comentarios:
vaya historia, chaval.
pepe
y tanto, pepe. me dejó hundido.
mariwano
me has enterrado tambien...
JODER.
JODER.
JODER.
A mí también me dura, todavía.
Contundente, efectivo. Me abruma esa imposibilidad de comunicarnos que todos, en alguna medida o circunstancia, padecemos.
Excelente relato.
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