"El aire estaba lleno de fantasmas que vagaban con incansable celeridad de acá para allá, gimiendo sin cesar. Todos llevaban cadenas, como el espectro de Marley; unos pocos (debían de ser ministros de gobiernos culpables) iban encadenados entre sí; ninguno se hallaba libre de cadenas.
A muchos de ellos, Scrooge los había conocido en vida personalmente. Había sido íntimo de un viejo espectro que llevaba un chaleco blanco y una monstruosa caja de caudales atada al tobillo, y que ahora lloraba lastimeramente porque era incapaz de ayudar a una desdichada mujer a quien veía allá abajo, con un niño, en el quicio de una puerta.
Todos ellos padecían, evidentemente, la desgracia de pretender intervenir, para bien, en los asuntos humanos, y de haber perdido para siempre la facultad de hacerlo".
Charles Dickens, A Christmas Carol, 1843.
pepe
No hay comentarios:
Publicar un comentario