Querido Pepe,
No sabría hacer de sopero y pensar en las preguntas que debiera formular a un poeta. Me perdería además el deseo de conversar y sobretodo, en el caso de Margarit, de escuchar a alguien que como arquitecto, como poeta o como ciudadano hace uso de un sabio, antiguo y decantado sentido común. Y creo que algo tan sencillo como esto, tiene mucho que ver con su poesía, que es recurso para la vida en la medida que nos sirve para vivir haciéndonos a través de ella mejores personas.
Poesía que surge de la vida, que no enmascara la lucha, el esfuerzo o la adversidad ni se detiene en ello como expresión de una vivencia íntima sino como medio para conjurar el propio dolor o celebrar la alegría ofreciéndolo todo ello generoso a los demás.
Poesía esforzada, porque no creo que exista obra sin lucha, sin esfuerzo y tenacidad, y que exige a cambio la dedicación de un lector atento. Poesía que se ofrece como fruto de un trabajo largo, que se asemeja a los primeros momentos de la construcción de un edificio, ya alejado de la pulcritud del estudio, en un proceso que es a menudo ruidoso y violento.
Poesía de la conmoción que nos golpea sin necesidad de comprensión o entendida solamente con la emoción, en la que detectamos de inmediato, esto es, sin mediación de razón, ese destello que nos aproxima, aunque sólo sea de forma fugaz a un destello del consuelo que a veces identificamos como felicidad.
Besos
Cristóbalpepe
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