resulta que hoy fuimos a comer a mcdonalds, a uno de esos polígonos con enormes tiendas y, bueno, comimos al sol y la charla fue magnífica. doña carmen, vivi, fabi y yo. nótese que doña carmen se quedó ciega hace unos meses y que vivi anda con dos muletas por su operación de pie derecho. todo bien. ¿nos vamos? ok, después del heladito y el café. subimos al coche y
subimos al coche y
subimos al coche y
quiero decir que subimos al coche y
nada
el coche no arranca. el coche no arrancó. recordé entonces como a la virgen maría lo que me dijo el mecánico en la última cena: urgentísimo lo de los calentadores y la correa de distribución. será un poco caro.
al cabo de tres, cinco intentos seguíamos en puerto. baja el pelotón ciego y cojo y se hace a un lado. la fortísima fabi empuja ¿cuánto pesa fabi? veinte kilos, treinta o cuarenta como mucho.
¡la mierda milagro arrancamos!
luego tomamos sol en la terraza de casa y como para celebrarlo la virgencita de los mecánicos nos mandó una buena lluvia con sol radiante. fabi y yo contentísimos y mañana doy de nuevo vuelta a la llave del pequeño citroën a ver si comprende que no soy todopoderoso. o le digo al "meca", mira, ponle un celo o algo pero que arranque porque a las cuatro fabi tiene examen y la llevo yo, como cada día, porque me gusta llevarla cada día a donde estudia, cada tarde.
y bueno, la factura, no sé.
òscar
4 comentarios:
:)
ermoso, sin h
;)
heso!
mealegro de que al menos hayáis llegado a casa del tirón, chotos.
ya hablaremos con la citroên, yo sé francés, docteur.
(aunque la marca viene de citron, es decir, limón...)
besos, chicos
pêpe
sí, pepe, sivuplé, llámame a don citroën, dile que qué amargura el limón y qué rico...
besos,
ò.
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