Juan Andrés García Román (Granada, 1979) es becario del Departamento de Teoría de la Literatura de la Universidad de Granada, donde realiza su trabajo doctoral sobre la poética de la autora austriaca I. Bachmann. Colabora ocasionalmente con el Romanistik Institut de la Christian-Albrechts Universität de Kiel y es traductor de literatura alemana: en DVD Ediciones ha visto la luz su versión de la poesía póstuma y dispersa de R. M. Rilke. Como poeta, es autor de algunos títulos entre los que se cuenta Las canciones de Lázaro (2005). Recientemente ha sido incluido en la antología Deshabitados (2008), elaborada por Juan Carlos Abril.
HAS SOÑADO EL POEMA
(LA LÁGRIMA CENTRIFUGADA)
El fruto del ciprés es la naranja.
¿Había niños en lucha de naranjas amargas
o se han subido solas por la escalera de pintor?
En el cuenco, una honda de cuero enredada en las naranjas.
¿Había niños en lucha de naranjas amargas
o se han subido solas por la escalera de pintor?
En el cuenco, una honda de cuero enredada en las naranjas.
¿Es que nunca sabes poner los pies sobre la tierra?
Tú tampoco lo haces: pedaleas,
mientras la claridad de lo no dicho mueve tu pelo.
Tú tampoco lo haces: pedaleas,
mientras la claridad de lo no dicho mueve tu pelo.
Yo hago un puzzle con piezas sobrantes y perdidas. No sé cuál es su fin.
Tan sólo sobrevivo,
cuido la hierba blanca que crece debajo de mi cama. Eso es todo.
Tú no irás al concierto: llorarías -has dicho.
Estoy enfadado con el arte.
Porque si vas al concierto no escuchas los platillos de barro del instante
ni ves la oruga que sube por el interior de la flauta dulce,
según va revelando un agujero tras otro.
Esa oruga que pronto va a detener el concierto.
Tan sólo sobrevivo,
cuido la hierba blanca que crece debajo de mi cama. Eso es todo.
Tú no irás al concierto: llorarías -has dicho.
Estoy enfadado con el arte.
Porque si vas al concierto no escuchas los platillos de barro del instante
ni ves la oruga que sube por el interior de la flauta dulce,
según va revelando un agujero tras otro.
Esa oruga que pronto va a detener el concierto.
Pero, ¿sabes?, a veces mirar el mundo es como comerse un lenguado:
primero una cara y después la otra: el mapa de las ocasiones.
Está bien. Ven conmigo. Corsé de tu sonrisa.
Lo aceptaré. Está bien.
primero una cara y después la otra: el mapa de las ocasiones.
Está bien. Ven conmigo. Corsé de tu sonrisa.
Lo aceptaré. Está bien.
Mi histórica tristeza: cambiar un ay por un símbolo
es optar por la solución de la cúpula para cubrir una intersección.
O esto tal vez; la ceja: el arco iris de la lágrima, es decir,
la lágrima y luego el arco iris del pensamiento.
Mirada extrema, fraternidad extrema. Mi poética
hace que lleve a cuestas el paisaje como el bosque dinámico de Macbeth.
Pero “tampoco ya ceno sólo con la mirada”.
Por eso ven conmigo hasta el final de lo que tú también quieres decir.
es optar por la solución de la cúpula para cubrir una intersección.
O esto tal vez; la ceja: el arco iris de la lágrima, es decir,
la lágrima y luego el arco iris del pensamiento.
Mirada extrema, fraternidad extrema. Mi poética
hace que lleve a cuestas el paisaje como el bosque dinámico de Macbeth.
Pero “tampoco ya ceno sólo con la mirada”.
Por eso ven conmigo hasta el final de lo que tú también quieres decir.
El viento agita las raíces,
zumban los anillos de los árboles.
zumban los anillos de los árboles.
¿Es éste un poema de después de que cayeran las montañas?- me preguntas.
Sí, ya no hay montañas, ya no hay literatura, ven conmigo.
Juan Andrés García Román El fósforo astillado DVD Ediciones 2008Sí, ya no hay montañas, ya no hay literatura, ven conmigo.
pepe
2 comentarios:
Me gusta mucho. Es original.
Eso de mirar el mundo como si te comieras un lenguado. Esta genial.
Este autor es para leerlo. Me lo apunto.
saludos.
vale, lola!
besos
pepe
Publicar un comentario