semejantes a un tubo:
cañería y desagüe
me acaricias la nuca mientras israel
levanta el brazo bajo los arcos
de este lugar que parece isfahan
y fue psiquiátrico
quince días para desatascarme
mientras el bajante del patio
tarda cinco minutos
a presión veinte diez
mientras que milicianos uzbekos
o celebrantes de lahore
revientan sobre el polvo de mármol
bajo la misma ráfaga
somos la cabecita rota de alfiler
en este fiero universo sagrado
de reverberaciones y monedas
plasma oraciones sólidos
deshechos
un mundo sin apenas mugidos
que ahora, en este ratito gozan
los putos dioses a base de carne
viva con tomate
y unas cañas bien frías
en el último shiringuito
abismal de cartones
pintados y moscas
en la arena
pepe
2 comentarios:
sí, somos las cabecitas rotas de alfiler. tu poema tiene la preciosura de cierta violencia necesaria.
besos,
M.
gracias, mariel, de nuevo.
besos
pepe
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