lunes y martes lo dedicamos a recorrer la isla. la mirada está apaciguada. después de ochocientos kilómetros resulta que el punto de partida queda a veinte kilómetros. una especie de juego del escondite donde "casa" siempre está cerca.
mar y campo en estado de gracia. salvo un centenar de lugares, el millón restante de sitios permanece intacto pese al hombre. parece como si esta isla estuviera habitada por una civilización anterior que extrañamente puede conducir automóviles o ser usuarios de internet. me refiero, creo, a un cierto estado de "ánima" que hace sus moradores hayan sabido manejar con mayor acierto que el hombre moderno. puede ser eivissa modelo de modelos nueve meses al año. manejar el tiempo. abstraerse. romper esa barrera.
mis palabras deben ser inmediatamente ignoradas. imposible conjugar "isla" en tres-seis días. ojo sin cuerpo no escribe. pese a todo, deberá ser la mirada quien acompañe al recién llegado. ella guiará la ceremonia de unión entre esta tierra y quien quiera que la escriba.
percibo tres cabos fundamentales desde donde se vertebra todo. salida del sol, puesta de sol y luna. el espacio entre estos tres cabos pierde cualquier posibilidad de carrerilla de conflictos. aquí debe haber malestar, claro, pero será más fácil gestionarlo de otro modo auspiciado en esas tres palancas para atravesar, con mayor velocidad de pausa, la vida.
y como no sé lo que acabo de escribir, mejor paro aquí y salgo a la terraza a ver qué.
òscar
4 comentarios:
Oscar me has recordado entre otros a Bioy Casares en la invención de Morel con:
"mis palabras deben ser inmediatamente ignoradas. imposible conjugar "isla" en tres-seis días. ojo sin cuerpo no escribe"
pero mejor
Yo creo que deberíamos pagarte viajes a escote para que describas.
querida marta, mira que me va a gustar que me hagais viajar por ahi. disculpa pero este ordenata no le encuentro los acentos. bueno, no importa, tu acentuaste mucho el carino en tu texto y te agradezco infinito.
besos,
oscar
si soy yo.
oscar-que-sí-sos-vos: "ojo sin cuerpo no escribe", no. te lo robo y me lo ato a los tobillos.
besos,
M.
ah qué bien el robo! mira que si te lo atas a los tobillos cualquier caída te va a parecer ridícula desde ahí, tan cerquita de la tierra o el mar...
besos,
ò.
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