nunca respondería una pregunta tan absurda.
¿dije que es un atajo, una oportunidad para dejar escrito qué somos adentro?
hacer la maleta con la ropa imprescindible y un detalle pequeño que nos acompañe en su interior. en mi caso, perdí hace un par de meses la mitad el cordel con el que jugaba con la gata (la otra mitad quedó con ella). perdí eso. así que la poesía es ese cordel, mi trozo de cordel que perdí. la invisibilidad de la cuerdita. es como si me la hubiera tragado. como si la pérdida del objeto que me recordaba a la gata fuera ya un cordel mágico que lo traigo a mí, frente a mí, a voluntad.
no sé qué es la poesía, no me interesa, lo dije muchas veces.
no, no creo en el papel de la poesía, en su representación en papel. creo, solamente, en lo que provoca –en la vida– un espasmo que casi nos tira de boca al papel para escribir, a la cámara de fotografiar para plasmar... ese instante de vida, ahí mismo está presente lo que equivocadamente luego llamamos poesía, ese acto puro antes de hacer o decir poesía.
no, claro que niego cualquier remedio poético para fijar aquello que perdimos. que por ser poetas vivimos en presente diferido. los poetas somos unos seres mutilados. debemos, pues, recobrar las extremidades, sobre todo las internas, esa almendra que se dedica a hacerse almendra.
es al revés, la almendra tiene almendro, no al revés. vivimos, los poetas, pensando lo contrario, que es el árbol quien da el fruto. es justo al revés.
no sé porqué carajo escribo esto. a fin de cuentas, el cordel que perdí me une a mi gata. otro cordel me une a fabi, a mi hermano, a los soperos, a vosotros...
es una cuerda que no ata, que nunca anuda, que es una línea que no conoce la recta poética.
me fui a la mierda, me parece, con este texto.
¿dije que es un atajo, una oportunidad para dejar escrito qué somos adentro?
hacer la maleta con la ropa imprescindible y un detalle pequeño que nos acompañe en su interior. en mi caso, perdí hace un par de meses la mitad el cordel con el que jugaba con la gata (la otra mitad quedó con ella). perdí eso. así que la poesía es ese cordel, mi trozo de cordel que perdí. la invisibilidad de la cuerdita. es como si me la hubiera tragado. como si la pérdida del objeto que me recordaba a la gata fuera ya un cordel mágico que lo traigo a mí, frente a mí, a voluntad.
no sé qué es la poesía, no me interesa, lo dije muchas veces.
no, no creo en el papel de la poesía, en su representación en papel. creo, solamente, en lo que provoca –en la vida– un espasmo que casi nos tira de boca al papel para escribir, a la cámara de fotografiar para plasmar... ese instante de vida, ahí mismo está presente lo que equivocadamente luego llamamos poesía, ese acto puro antes de hacer o decir poesía.
no, claro que niego cualquier remedio poético para fijar aquello que perdimos. que por ser poetas vivimos en presente diferido. los poetas somos unos seres mutilados. debemos, pues, recobrar las extremidades, sobre todo las internas, esa almendra que se dedica a hacerse almendra.
es al revés, la almendra tiene almendro, no al revés. vivimos, los poetas, pensando lo contrario, que es el árbol quien da el fruto. es justo al revés.
no sé porqué carajo escribo esto. a fin de cuentas, el cordel que perdí me une a mi gata. otro cordel me une a fabi, a mi hermano, a los soperos, a vosotros...
es una cuerda que no ata, que nunca anuda, que es una línea que no conoce la recta poética.
me fui a la mierda, me parece, con este texto.
òscar
6 comentarios:
¿podrías contestar a la pregunta "qué no es la poesía?"
A veces, definir por lo que tenemos claro que las cosas no son, es algo más fácil.... habrá que hacer al prueba.
se os quiere!
eso sí está bien visto, querido ventu...
puedo puedo:
poesía no soy yo.
besos,
ò.
es un bocata de anchoas y pimiento en la barra de las castañeda.
pim, pam!
pepe
eso, pim pam!
muás,
ò.
o sea, amigos, que Òscar no es la poesía y para Pepe la poesía da sed y se repite. Joder! gracias!
Lo del bocata...vale! pase! pero eso de que Òscar no es la poesía no se lo cree nadie!
ya lo creo que sí...
que da sed, digo. y que nanay que yo no. resignación, queridos...
besos, primo!
ò.
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