recibo una llamada hace un rato. es stella. me pregunta si ando por casa. a los cinco minutos pica al timbre, y sospecho la sorpresa que me tiene preparada. entra en casa y mientras habla con xavi, desenvuelvo la bolsa. son torrijas, esas que llevo implorándole a ella desde hace tanto tiempo. renuncié a una morcilla de burgos por estee manjar. son de su madre, pero me da igual. son de ella en verdad. cogió una y la probó. "las mías son mejores". sonrío. hablamos de sus dibujos. y se marcha poco metros más allá de mi casa.
teorizo sobre otras pasiones. la amistad. mi adoración por xavi y stella es proporcional a la que sienten ellos por mí, yo por los soperos, los soperos por carmela, carmela por mí... y así exponencialmente. estos son los verdaderos lujos.
aviso para navegantes: las torrijas no durarán mucho.
más placeres: hace unos días recibí el primer libro de Julieta Valero, "Altar de los días parados" y hoy me llegó "Sobre el dolor", de Enrique Ocaña, un descubrimiento de Stalker me hizo hace unos días y que he conseguido recuperar del almacen de Pre-textos.
mariano
3 comentarios:
me gustan las torrijas
a cucharadas.
ole mi mariano!
besos
muás, ana!
ò.
marieno, goloso sempiterno..
besos y dulzores, cabezón!
pepe
Publicar un comentario