
"(...)los primeros toques de la tristeza, el fracaso nuevo y la distinta soledad me habían llegado, ido llegando con un ruido de polilla, de fogata en la llovizna, de cachorro arañando una puerta. presumo. porque cuando supe que la fiesta de vacaciones había terminado, aquellas cosas ya estaban en mí y construían una enfermedad secreta que era mía y mi dueña, indolora pero sensible, prologal, trabajando los huesos con paciencia".
Juan Carlos Onetti, Dejemos hablar al viento 1979
pepe
Juan Carlos Onetti, Dejemos hablar al viento 1979
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