
A menudo te has detenido
en una esquina.
Has mirado las nubes,
si hacía o no aire,
los ramilletes de los arces.
Has pensado...
Luego, te has dicho...
Pero no. Te habías
olvidado de algo.
Alguien que te empujaba.
¿Un fontanero?
¿Una gruesa señora?
O un hombre importante -una cartera
auténtica, de cuero, una camisa,
un olor de pomada-.
Sí, las nubes.
En general, el aire.
Y no saber.
O sí.
Era allá dentro.
Unos pájaros altos -¿golondrinas?-
¿Blancos o negros? el Palacio
de Justicia.
No sé. Tú jurarías
que careces de peso.
César Simón, De "Erosión" 1968 - 1971
oooo
pepe
3 comentarios:
Pues espero leáis este:
Los ruidos
Cuando uno se ha sumergido largos días
en las cosas, pasando los ojos por las aristas
de los muebles, por las superficies;
cuando uno ha estado largo rato detenido
en cualquier lugar de tránsito, un pasillo,
o en el cuarto de baño, de pie, frente al espejo,
contemplando vagamente el blanco
del lavabo,
sin pensar en realidad en nada,
inmerso en los rumores que van llegando:
una moto lejana,
una puerta metálica, al cerrarse,
el melancólico silbo del tren;
uno se dice: esto... Yo..., A palpas,
con un telo en los ojos, tal vez abiertos
a un mundo más lejano, como un radar orientado
a lo más decisivo: el vago gesto
de alguien que dijera: arriba,
el mar, los años, esas piedras
de los pretiles.
De "Erosión" 1968 - 1971
;)
sí, lo leimos ayer tarde.
gracias, amigo!
pepe
amiga!
besos.
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