encarna duerme después de ver una película. yo dejo el libro que leo para abrir la sesión. el viento trae un mariachi de la orquesta festiva del casino, a dos calles de aquí. frenos hidráulicos del camión de basura se apostan como cada noche bajo la ventana. 12:45. los gatos no salen esta noche. hay más ruido del habitual, algún petardo lejos que también acerca el viento. estarán en los patios, merodeando adentro. elimino del blog entradas anteriores que no me dicen nada. quito peso. en las ramblas había grupos con camisetas amarillas, pañuelo rojo al cuello y banderas incomprensibles. hacía calor y luego fresco. ahora el cielo se encoge con un fondo nublado. la música de miguel suena dentro de sus cascos y me llega como una tableteo enérgico. me coloco los míos. suena richard galliano con lentitud. el tema se titula poème. quito peso y lo pongo. para la noche soy un aficionado. está ahí afuera, inconsciente y muy sólida, con el sonido exacto de lo que le rebota. no sabe nada ni desea tampoco. sólo me recuerda que las cosas que pasan carecen de importancia y nunca son como las imaginamos. pasa un taxi muy lento y por la acera una mujer transporta un somier de madera de un cuerpo. vuelvo al libro, al capítulo 20.
ooooo
pepe
3 comentarios:
precioso, pepe, descansa. yo te hago el turno...
besos,
òscar - y la ronda si hace falta.
por cierto, los de amarillo eran hinchas (palabro originario de uruguay, de los que hinchaban las pelotas -de fútbol-) de un equipo de rugby, los dragons catalans, que jugaban de tarde...
+ besos,
òscar.
el comentario es aquí, no en otra entrada anterior. reitero. hinchaban las ramblas y las pelotas.
pepe
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