Carretera cortada
El hombre es el único animal
que tropieza dos veces con la misma muerte,
y aun sin estar siendo, sigue estando vivo,
buscando los tres pies al destino.
Y nadie nos dice en voz alta:
“… la vida solo es una carretera cortada.”
Y avanzamos deprisa,
como si el futuro fuera una cuesta abajo,
deshuesando cada mañana las sabanas,
con legañas en las palabras,
sin socorristas en los semáforos,
ni sonrisas salvavidas,
murmurando la plegaria atea de los lunes,
reciclando el rostro de los suicidas.
Y nadie dice en voz alta:
“…la vida solo es una carretera cortada.”
Y da igual,
seguimos creyendo en dioses
aunque vengan de serie y sin prestaciones,
sin modistas en nuestros modales,
sin nosotros en nuestros bolsillos,
flotando a la deriva sobre un balcón sin remos,
con una expectativa de titanio en los latidos,
sin mirar en los ancianos su rostro de regreso,
sin oír a nadie que nos diga
que la vida solo es una carretera cortada.
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