para acabar la emotiva jornada de ayer estuvimos tomando algo en un bar de avenida mistral, la rosa búlgara. el caso es que tenía pipí y entré al baño. y ahí estaba, ella, la tapa de la taza del váter... una rosa abierta. y, claro, yo hice el capullo y la regaba...
òscar
3 comentarios:
Deberías haber escrito un poemita sentado en esa taza.
Para otra ocasión...
Lo digo en serio, y no sólo por tus lances escatológicos: ¿has pensado en escribir un libro de poemas sentado en diversas tazas de wáter? Un poema por cada taza. Lo telúrico-intestinal diluyéndose, corroyendo y agrandando el cauce del verso...
uhm, interesante...
el cauce, claro, cagando...
gracias, hermano búfalo, lo meditaré en mi trono blanco.
en serio.
besos,
òscar.
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