tengo el tacto gastado. apago la luz de la habitación. cogo bisturís y pianos. alrededor: libros, papeles de hacienda, una radio vieja, el teléfono muerto.
la luz del pasillo me avisa que alguien se acerca. enciendo mi flexo de nuevo, en un gesto estúpido. que no me descubran en la oscuridad. que no se vea al poeta. pienso en lo cansado que a veces resultar esconderse, en las estrategias y los tiempos gastados por esos gestos.
en ocasiones, como la de ahora, en que escondo al poeta de miradas cercanas, veo como se ha vuelto automático ese movimiento que me empuja a la madriguera. es un ritornelo pequeño. una pequeña repetición. dolorosa. por pequeña. por sutil. por conocida.
..mariano..
pd. me escondo entre los puntos. allí cabe toda mi poesía.
la luz del pasillo me avisa que alguien se acerca. enciendo mi flexo de nuevo, en un gesto estúpido. que no me descubran en la oscuridad. que no se vea al poeta. pienso en lo cansado que a veces resultar esconderse, en las estrategias y los tiempos gastados por esos gestos.
en ocasiones, como la de ahora, en que escondo al poeta de miradas cercanas, veo como se ha vuelto automático ese movimiento que me empuja a la madriguera. es un ritornelo pequeño. una pequeña repetición. dolorosa. por pequeña. por sutil. por conocida.
..mariano..
pd. me escondo entre los puntos. allí cabe toda mi poesía.
3 comentarios:
joder, mariano, qué entrada de frac que te has marcao.
besos,
òscar.
de primera fila, asiento platea.
pepe
de cada vez más obra maestra.
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